El reportero gráfico intentaba tomar fotografías tras un ataque armado cuando el elemento insistó que dejara de tomar fotos y lo apuntó con su fusil.
(CEPET/IFEX) – México, 4 de abril, 2010 – Un reportero gráfico de un medio electrónico (cuyo nombre se mantiene en reserva) fue amenazado y encañonado el pasado 21 de marzo por un elemento del Ejército Mexicano mientras intentaba tomar fotografías tras un ataque armado registrado ese día contra la Comandancia Norte de la Policía Municipal de Chihuahua, en la capital del estado del mismo nombre (norte de México).
De acuerdo con la versión difundida por varios medios locales, elementos de la Quinta Zona Militar acudieron la noche del domingo a las instalaciones de la Comandancia Norte, tras un llamado de alerta y en apoyo de agentes municipales, quienes fueron agredidos por desconocidos que dispararon contra el edificio. Los militares impidieron la labor de los periodistas de diferentes medios que llegaron al lugar para cubrir la nota y dieron la orden de no tomar fotografías, lo cual fue aceptado sólo por uno de los reporteros gráficos.
Otro reportero, cuyo nombre fue omitido por seguridad, detalló que el periodista agredido comenzaba a captar con su equipo imágenes de la escena, cuando un militar se acercó a él gritando «¡No tomes fotos. Que no tomes fotos!», mientras apuntaba su fusil contra él, amenazándolo y haciéndolo retroceder varios metros.
El reportero encañonado tomó una fotografía del uniformado que fue publicada el pasado 23 de marzo en «El Diario» de Chihuahua, lo que generó que éste le pidiera entregarle su cámara. El soldado intentó borrar las imágenes, pero no lo consiguió, pues desconocía como manipular el equipo.
En respuesta a la fotografía difundida, Felipe de Jesús Espitia, comandante de la Quinta Zona Militar dirigió una carta al director general de «El Diario», en la que minimizó el incidente y explicó que el periodista utilizó de manera sorpresiva «el flash de su cámara para efectuar varias tomas nocturnas, por lo que el elemento que aparece en la imagen publicada en la edición del miércoles, fue sorprendido por la luz reaccionando a la alerta visual, solicitando respetuosamente al camarógrafo que evitara tomar imágenes ya que afectaban la visibilidad y ponían en riesgo la seguridad del personal que era resguardado».
Lo anterior quedó desmentido por una grabación en la que se aprecia no sólo que en el lugar existía luz del alumbrado público y de varios locales comerciales cercanos, sino puede verse y escucharse la discusión entre el reportero y el militar:
—¡Es mi equipo, no se lo puedo prestar!
—Pues sí, pero necesito que borres las fotos… A ver, enséñame que no las traes.
—No trae nada.
—Es que desde que te grité, te dije ¡no tomes fotos!
—De acuerdo, no te escuché. ¿Me vas a devolver mi cámara o te la vas a quedar? Como tú quieras.
—No, no tengo por qué quedármela. No más te voy a decir una cosa, cuando nosotros te digamos que no tomes fotos, no tienes por qué hacerlo.
—No te escuchaba, veníamos corriendo. ¿Me vas a regresar la cámara?
—¡Necesito esa memoria!
—No te la puedo entregar. Está integrada a la cámara.
Como consecuencia de la agresión, el Colegio de Periodistas del Estado de Chihuahua rechazó las agresiones físicas y verbales que elementos castrenses cometen contra la ciudadanía en general, y en especial aquellas acciones que bloquean el trabajo de los periodistas que cumplen con su derecho constitucional a informar y ser informados. Mediante un comunicado, la organización pidió a los elementos del Ejército ser sensibles con la labor de los periodistas, «pues así como ustedes se encuentran realizando su trabajo, los reporteros que acuden al lugar de los hechos cada vez que ustedes atienden algo, también lo hacen para cumplir con su función de informar».