El periodista Manuel Morales denunció haber sido objeto de amenazas por parte de elementos de la Policía Federal mientras tomaba fotografías de un puesto de control.
(CEPET/IFEX) – Manuel Morales, corresponsal de «El Sol de Tabasco» y «El Heraldo de Chiapas», denunció haber sido objeto de amenazas por parte de elementos de la Policía Federal, en Ixtapangajoya, Chiapas, al sureste de México, mientras tomaba fotografías de un puesto de control y revisión de vehículos, instalado por los uniformados en un entronque carretero.
De acuerdo con la versión del reportero, el 15 de noviembre de 2009 se trasladó en un taxi al municipio de Ixtapangajoya, para cubrir una manifestación de habitantes del ejido La Gloria, quienes reclamaban al alcalde, Lorenzo Hernández Alvarado, el incumplimiento de promesas, el abandono de servicios como electrificación y el mantenimiento a los caminos rurales y urbanos, así como desatención en educación y salud.
Al llegar a la desviación situada sobre la carretera entre Pichucalco, Chiapas, y Teapa, Tabasco, el periodista advirtió la presencia de un puesto de revisión de la Policía Federal, donde elementos de la patrulla 11836 revisaban documentos a los conductores de vehículos que transitaban por ese entronque carretero. Morales sacó su equipo fotográfico para tomar algunas imágenes, pero uno de los agentes comenzó a caminar hacia él mientras se llevaba en la mano el arma que portaba a la cintura y le pedía que se identificara.
Pese a que el comunicador explicó que sólo le interesaba una foto para ilustrar la presencia de la Policía Federal en las carreteras de la región, el uniformado lo llevó hasta la patrulla, donde le arrebató la identificación que lo acredita como corresponsal de «El Sol de Tabasco» y, pistola en mano, le dijo directamente que lo mataría si no dejaba de tomar fotos.
Temeroso de que algo pudiera pasarle, Morales se mantenía a la expectativa de que algún otro periodista de algún medio local o estatal pasara por la zona para cubrir las protestas de Ixtapangajoya y notara su presencia. Como esto no sucedió, el periodista decidió gritar y pedir auxilio, luego de lo cual corrió tratando de buscar refugio entre las familias de los domicilios cercanos. Los agentes federales subieron al vehículo y lo interceptaron metros adelante, donde le advirtieron que estaba en la mira y que se lo llevaría «la puta madre» si seguía tomando fotos.
El periodista aseguró que hasta el momento ni la Fiscalía de Distrito con cabecera en Pichucalco ni la Procuraduría General de la Republica (PGR) en la región han querido iniciar la averiguación previa por la agresión en su contra, por lo que llamó al procurador de Justicia de Chiapas, Raciel López Salazar, a que gire instrucciones a la Fiscalía General del Estado con sede en Pichucalco para que se le brinde apoyo en la presentación de su denuncia.