Jaime Farrera, reportero del diario "El Mexicano", fue agredido y amenazado por elementos de la policía federal.
(CEPET/IFEX) – Jaime Farrera, reportero del diario «El Mexicano», fue agredido y amenazado por elementos de la Policía Federal, el 14 de septiembre de 2010 en el poblado de Villa Ahumada, Chihuahua.
Según la versión del reportero, el incidente, registrado alrededor de las 10:00 horas, se derivó de la inusual presencia de alrededor de 50 elementos de la Policía Federal, algunos con el rostro cubierto, en un restaurante de la localidad, ubicado sobre la Avenida Miguel Ahumada y la avenida Morelos. Al acercarse a preguntar sobre lo que parecía una movilización, el periodista fue interceptado por efectivos policiacos quienes le pidieron retirarse, pues estaban «cuidando al patrón».
Después de un breve intercambio en el que los ocupantes de las unidades 10839 y 14072 lo echaron del lugar con insultos, Farrera, quien pudo contar al menos ocho vehículos que aparentemente fungían como guardia de seis personas que comían en el interior, se alejó, pero fue seguido por uno de los elementos de la Policía Federal, quien intentó arrebatarle la mochila en la que llevaba su equipo fotográfico, alegando que había tomado imágenes de ellos.
Durante el forcejeo con el uniformado quien le exigía entregar su cámara, dos libretas de apuntes propiedad del reportero de «El Mexicano» cayeron al suelo. Fue entonces que los agentes federales se hicieron de ellas y le condicionaron la devolución del material a cambio de que les entregara la cámara, amedrentándolo con puntapiés y manotazos.
El periodista, quien reconoció haber intercambiado insultos con los elementos que lo maltrataron, fue encarado y retado a golpes por un agente de la unidad 14088, quien se identificó como Alfredo Gutiérrez. «Que se vaya a chingar a su madre, todos los pinches periodistas valen madre, y este güey no se la va acabar», dijo el uniformado a sus compañeros. Dado que el incidente se registró a unos pasos de las vías del ferrocarril, Farrera retrocedió y aprovechó para tomar una foto de dos de sus agresores antes del paso del tren.
De acuerdo con el testimonio de Farrera, uno de los policías federales le mostró a la distancia sus libretas de apuntes mientras le advertía «te vamos a investigar». El reportero confió al CEPET que si bien muchos de sus apuntes podrían ser ilegibles para alguien que no esté habituado a su letra, los cuadernos contienen números telefónicos de contactos profesionales y familiares que sí resultan claros.
«A mí lo que me interesa es que estos tipos no vayan a tomar represalias contra mi persona o puedan hacer mal uso de los teléfonos que van ahí, porque entre varios números de funcionarios de Villa Ahumada van también algunos de mi familia. De hecho, en cuanto pasó esto, yo avisé a todos en caso de que recibieran una llamada de un número desconocido o para intimidarlos», explicó Farrera.