Miguel Jaramillo se encontraba tomando fotografías de un enfrentamiento entre efectivos policiacos y presuntos delincuentes cuando los efectivos, todos encapuchados, lo sometieron, derribaron y patearon en el suelo.
(CEPET/IFEX) – México, 18 de octubre de 2010 – Al menos diez elementos de la Policía Federal golpearon y despojaron de material fotográfico a Miguel Jaramillo, reportero gráfico del diario local «Pulso», mientras éste cumplía con su trabajo tras un enfrentamiento entre efectivos policiacos y presuntos delincuentes, la madrugada del 16 de octubre, en San Luis Potosí, capital del mismo estado.
El incidente tuvo lugar poco después de las 2:00 horas del 16 de octubre, cuando los ocupantes de una camioneta que era seguida de cerca por agentes federales, se detuvieron a la altura de Libramiento Oriente y la carretera a Rioverde, donde los esperaba otro grupo de hombres armados, quienes abrieron fuego contra los uniformados, lo que originó un intercambio de disparos. Como resultado del tiroteo, dos civiles murieron y siete federales resultaron heridos.
Jaramillo, el primer trabajador de los medios en llegar al lugar, comenzó a tomar fotografías de la escena, hecho que ocasionó la molestia de una decena de elementos federales, todos encapuchados, quienes lo sometieron, derribaron y patearon en el suelo, al tiempo que le arrebataron el equipo con las imágenes. Los socorristas que atendían a los heridos tuvieron que intervenir para detener la agresión.
El fotógrafo de «Pulso» fue trasladado a la clínica 50 del Instituto Mexicano del Seguro Social, donde fue atendido de un esguince en las cervicales a causa de los golpes, lesión que lo mantiene incapacitado. Los federales devolvieron el equipo fotográfico, pero no la tarjeta de memoria, donde se encontraban las imágenes.
De acuerdo con el coordinador editorial de «Pulso», Armando Acosta, ya se interpuso una denuncia por lesiones, robo y abuso de autoridad, con lo que se dio inicio a la averiguación previa 523/2010. José Ramón Salinas, vocero de la Policía Federal, se puso en contacto con el medio, manifestó la disposición de la dependencia para escuchar la versión del reportero, al margen de que ya se encuentra en curso una investigación para deslindar responsabilidades y, en su caso, abrir un proceso contra los agresores.
En su edición del 17 de octubre, «Pulso» publicó en su primera plana un editorial en el que consideró la agresión al informador como un triple abuso: «Violaron garantías individuales del reportero gráfico, el derecho de los lectores a estar informados y el de libre expresión de medios potosinos». Y advirtió: «Si la Policía Federal quiere que los ciudadanos abdiquen de su derecho a saber, y a partir de ahí también de su derecho a exigir resultados y a disentir, acabará ganando el crimen por incomparecencia de la sociedad».
Asimismo, al dar a conocer el inicio de una indagatoria por presuntas violaciones a la libertad de expresión y abuso de poder, la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) de San Luis Potosí detalló que el periodista formalizó ya su queja ante personal de ese organismo, con lo que quedó integrado un expediente que en su momento será turnado a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
«Lo que vuelve más preocupante este caso – expresó la CEDH en un boletín – es que todo indica que los comunicadores están ante una práctica sistemática de parte de uniformados que abusan de su poder agraviando así a toda la sociedad».